Las personas dedicadas al periodismo enfrentan una competencia no solo profesional, sino ciudadana, en un contexto en que la gente siente que está capacitada para informar y muchas veces difunde información no confirmada y basada en rumores.
La población tiene que estar informada con profundidad y profesionalismo. “Eso se está perdiendo”, señaló, y agregó que los profesionales del periodismo de nueva generación no tienen en muchos casos seguridad en el trabajo.
Las oportunidades para estos profesionales se cierran ante una competencia oscura y ciega de una ciudadanía que cree que está informando, aunque muchas veces desinforme. Es un problema que hay en el país, aseguró, quien además es consultor de medios, docente en materia de género.
Destacó que internet permite al reportero tener información, pero hay que buscar también a las personas que están involucradas con la historia, buscar testimonios de los involucrados.
Uno de las cualidades que debe tener el periodista es la pasión. Este debe ser el motor que los mueva en su quehacer profesional, añadió, quien se ha distinguido por su contribución en materia de derechos humanos a través del periodismo.
Otra herramienta que debe tener el periodista es la especialización. “Cualquier ciudadano puede mandar una foto de una balacera, por ejemplo, pero no es periodista, ya que éste profesional tiene la preparación en las aulas universitarias y la experiencia de la calle”, dijo.
La especialización, añadió, da una visión con mayor amplitud y ayuda en los análisis de los fenómenos sociales.
Se pronunció a favor de la creación de equipos heterogéneos y multidisciplinarios dedicados a la investigación de largo alcance o profundidad.
El periodista no sólo tiene que tener formación y capacitación para ser reportero, sino nuevas habilidades como rastreo de datos y programación, por ejemplo, añadió.
Destacó que el compromiso de los periodistas con la ciudadanía es social, es decir, que las personas entiendan qué pasa a su alrededor.
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